miércoles, 24 de mayo de 2017

Reseña: Cuentos de mujeres por mujeres (I)


El bosque estaba oculto bajo sombras de un anochecer de junio, antes que den las ocho, a pesar de que un luminoso ocaso sobrevivía tímidamente entre los troncos de los árboles. (Una garza blanca - Sarah Orne Jewett)

Siete son los cuentos que trae este libro, escritos por varias autoras como Katherine Mansfield, Louisa May Alcott, Mary Wilkins, Sarah Orne Jewett, Matilde Serao, Grazia Deledda y Selma Lagerloff; todas ellas de diferentes países, además, sus cuentos poseen temáticas muy distintas entre sí. Pero no sólo están sus historias, también hay un prólogo en el cual se explica el papel de la mujer en la literatura, ya sea como autora o personaje, asimismo, antes de cada cuento hay una breve biografía de cada escritora. 

Comparaciones con otros autores

Matilde Serao (escritora nacida en el año 1856 en Grecia, pero vivió toda su vida en Italia) ha sido comparada con escritores como Flaubert, Balzac y Zola. Por otro lado, Grazia Deledda (nacida en la isla de Cerdeña en 1871) fue comparada con el escritor ruso Máximo Gorki. Y Katherine Mansfield con Chéjov.

Los cuentos

Como dije al inicio, todos los cuentos son muy diferentes entre sí, y son un testimonio del gran talento de sus autoras. Hay temas como la vanidad, el cuidado a los animales, el azar, la religión, la individualidad, viajes, incluso el cuidado de la salud física.

Uno de los que más me ha gustado ha sido: Una garza blanca (Sarah Orne Jewett), el cual trata sobre una niña que debe tomar una decisión importante. El cuento en si mismo es un poema y ese aspecto ha sido el que más me ha gustado. A continuación algunos fragmentos:

La breve noche de verano le pareció infinita como una extensa noche de invierno ...
Allá estaba el mar con el sol naciente extendiéndose como un fulgor dorado, y hacia el magnífico oriente volaban dos halcones aleteando con lentitud.
Una monja de Nueva Inglaterra (Mary Wilkins) se trata de una mujer que vive sola, se describen sus hábitos, los cuales disfruta hasta que una persona retorna a su vida y con ello la posibilidad de un cambio. Me ha gustado cómo la autora vuelve una historia muy tranquila en una lectura muy interesante. En este relato se va contra una idea muy extendida actualmente, al punto de que en forma inconsciente se ha vuelto una obligación: Probar nuevas experiencias y salir al mundo. Aquí existe una reivindicación de un estilo de vida sereno, hasta rutinario pero muy personal.

Terno seco (Matilde Serao), al leer esta historia nos enteramos de que terno es como se le llama a un juego de lotería italiano. Una criada llamada Tomasita encontrará unos números anotados en un papel y creerá que esos son los elegidos por su patrona para jugar el terno. Aquí vemos cómo el juego de azar se convierte en un medio para aspirar a una vida mejor entre la burguesía venida a menos y la clase baja.

De principio a fin tuve gran curiosidad por saber qué iba a pasar, fue una sensación de suspenso y eso que es un relato realista de tipo costumbrista sin un misterio extravagante. Las descripciones son detalladas pero cuya extensión es apta para un cuento. Otro aspecto que me gustó fue conocer parte de la vida de la patrona de Tomasita, una señora francesa y su hija Catalina, aunque sus vidas son austeras tienen una atmósfera en parte acogedora. La madre da clases de idiomas como medio de sustento y la hija asiste a la escuela.

Pecado mortal (Grazia Deledda), es acerca de un sacerdote que se siente atraído por una mujer. Creo que es un relato bien escrito porque ha conseguido transmitirme algo: fastidio, sí, incomodidad por cómo la religión se desplaza como una sombra densa y la opresión que aplasta al protagonista ante algo tan natural. Tiñe de oscuridad la vitalidad y la pasión, su ascetismo mata en vida, deja sin sal. El sacerdote es insoportable y la mujer que le atrae otro tanto, son el típico caso de hombre sensible pero pasivo y de mujer irónica, mordaz.

La novela de la mujer de un pescador (Selma Lagerloff), una mujer se enamora de un marino y se casa con él, pero muy pronto descubre que él no es lo que aparenta. Debo decir que no me gustó el comienzo ya que no pude comprender bien lo que se narraba, pero luego de las dos primeras páginas, el relato cobra interés y el cómo se fue desarrollando fue de mi agrado. Evidentemente, aquí los temas son la vanidad, la mentira y las consecuencias de guiarse sólo por las apariencias.

Jerseys o el fantasma de las niñas (Louisa May Alcott), una nueva profesora llega a un internado para niñas y estas sienten una profunda admiración por ella, les llama la atención lo saludable de su aspecto y su gusto por el ejercicio (algo muy extraño en una mujer del siglo XIX). Ella implantará nuevos hábitos en las vidas de sus jóvenes alumnas y en medio de ello un acontecimiento muy extraño ocurrirá.

Es un cuento muy ágil con muchos diálogos. Resulta muy entretenida la interacción entre las niñas, además hay buenas enseñanzas en cuanto al cuidado personal. La historia en si misma es muy del estilo de Louisa May Alcott, a pesar de que últimamente tiendo a huir de relatos/novelas cuya máxima intención sea dejar mensajes, enseñanzas o transmitir valores, la autora tiene un modo de escribir que hace imposible no prestarle atención.

Una verdadera aventura (Katherine Mansfield), en una época que podría ser finales del siglo XIX o inicios del siglo XX,  una joven viaja sola y vive experiencias muy divertidas, en todas ellas, los hombres tienen un nulo sentido del humor y no digo más. Katherine Mansfield, es una autora muy especial y es mejor que como lectores la descubramos con nuestros propios ojos. Es de esos seres muy poco comunes que puede manejar algo poético y humorístico con maestría, cuando la mayoría de autores se inclinan sólo por uno de los dos lados de la balanza.

En fin, esas son las historias que nos traen estas escritoras de las cuales hay mucho que aprender, tanto en cómo construir buenos relatos como en aspectos relacionados con nuestras vidas personales. 

lunes, 15 de mayo de 2017

Booktag: Manías y no manías literarias


Su manía es leer al revés :D


Denise me ha nominado a este booktag de las manías literarias (yo agregué no manías porque no creo tener tantas manías, jijiji), a ver qué les parecen mis respuestas :3


A continuación las reglas:

a) Escribir 10 manías o hábitos que tengas a la hora de leer, comprar un libro, etc.


b) Nominar a 5 blogs (y comentar en su blog que fueron nominados).

c) Citar 3 de las 10 manías que has puesto, para que tus nominados digan si las comparten o no (también puedes contestar a las que citó quien te nominó).

1.- Rara vez hablo de libros. 
Soy de las personas que prefiere escuchar en lugar de hablar, en forma oral me cuesta explicar porqué un libro me ha gustado aparte de un "me gusta" o "me encantó", prefiero hacerlo por escrito. Yo necesito estar a solas para ordenar mis ideas. En cambio, me encanta cuando alguien habla con gran entusiasmo y facilidad de porqué tal o cual libro le ha gustado, por mi, que esa persona hable y hable que yo encantada oiré y/o preguntaré.

2.- A veces voy a las librerías sólo a mirar los libros.
Sí, a veces me provoca entrar, revisar algunos libros sin tener intención de comprar alguno. Eso sí, me gusta mirar sola, no me gusta hablar con librero alguno (sí, llega a ser contradictorio con el punto uno, pero la mente humana es complicada :3), no es nada personal, sino que disfruto demasiado perderme en mis pensamientos y hay libros que disparan mi imaginación (XD), esto ocurre con mayor intensidad si estoy escuchando música :D.

3.- Casi siempre leo escuchando música.
A veces me harto y leo en silencio. Pero la música como acompañante me ayuda un montón a reflexionar. Eso sí, trato de elegir aquella que sea adecuada para el libro que vaya a leer (obviamente, no voy a escuchar Pop mientras leo un clásico), por lo general elijo soundtracks o alguna canción en inglés.

4.- Cuando un libro me gusta demasiado mis pensamientos se dirigen a otra parte.
Sé que es muy raro, pero suele ocurrir que cuando lo que leo me interesa demasiado lo tomo como punto de partida para pensar en otras cosas, salto de una conversación imaginaria a otra y luego de varios minutos retomo la lectura. (Mi mente es un cajón revuelto)

5.- Soy minimalista.
No soy de las personas que va a comprar un llavero con su personaje literario favorito, y menos ropa alusiva a un libro. No tengo posters en mi pared. No compro diferentes ediciones de un mismo libro y menos por el único hecho de que la portada sea bellísima. No huelo libros, ni los abrazo, ni les construyo un altar (tal como le mencioné a Denise ;))

6.- Trato (no siempre) de terminar los libros que he comenzado.
En más de una ocasión me ha pasado que al iniciar un libro y no me ha interesado mucho, lo he dejado y lo he retomado meses después, y al hacer eso encuentro muy interesante lo que está escrito. Por ejemplo, me pasó con "Historia de dos ciudades" de Dickens, las primeras páginas me aburrieron un montón, dejé de leerlo y cuando volví a leerlo meses después, descubrí una historia excelente.

Aunque claro, también hay otros que si es muy posible que nunca retome, como "La chica Danesa" (ni recuerdo el nombre de su autor) , leí casi la mitad pero es muy lenta, no esa lentitud de las novelas del siglo XIX cuyos autores realizan reflexiones con intensidad y poco o nada me importa si "interrumpen" el curso de la trama. Pero es que "La chica Danesa" da sueño y la esposa del protagonista es demasiado irritante (sí, ya sabemos que eres muy "independiente", "inteligente" y "especial", como sea que te llamabas). Es que si vas a contar una historia de un hombre que cambia de sexo, no sé, debería ser más intensa por el trasfondo psicológico de un tema como el mencionado.

7.- Trato de leer sólo libros en físico.
Leer en físico para mi es mucho más personal que en formato digital. Sólo leo en mi PC o en el celular cuando no me queda de otra. No tengo Kindle (igual andar con uno en una ciudad como la que vivo, Lima, no me parece buena idea, así que si tuviera uno, no lo sacaría de mi casa, jajaja)

8.- No presto libros.
En realidad sólo se los presto a mi mamá o a mi hermano porque vivimos en la misma casa.

9.- Puedo leer en el transporte público.
Si encuentro un asiento, hay silencio o estoy con mis audífonos puestos escuchando música, además si hay buena iluminación y tengo ganas, leo sin problema. Sólo la mala iluminación, la música fea y en alto volumen que suelen escuchar los choferes y la falta de ganas hacen que no lea ahí.

10.- Compro mis libros en base a mi intuición.
Si leo una reseña, el argumento de un libro u oigo hablar respecto a este, a veces sucede que por dentro me emociono y me digo: "Tengo que leerlo". En realidad más que una emoción es una corazonada muy fuerte de que es necesario de que lo lea en algún momento. Esto me sucede independientemente de que guste o no a muchas personas o de que la reseña esté bien escrita, aunque si leo una reseña floja, no voy a tener interés en leer el libro en cuestión.

Mis nominadas:

1) Blog de Naeko: Cosas
2) Blog de Adella Brac: Las palabras soñadas
3) Blog de Pilar: Musas en su tinta

Sería interesante si respondieran a los puntos 1,5 y 6.

Gracias por leer. Bye :)

sábado, 6 de mayo de 2017

¿Y ahora qué?



"Eso desean los que viven en estos tiempos pero no nos toca a nosotros decidir qué tiempo vivir, sólo podemos elegir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado" (Gandalf. J.R.R. Tolkien)


Cuando cumplí treinta años comencé a entender un poco mejor de qué se trata el tiempo o debería decir, su opresivo paso. ¿Qué ocurre cuando no tienes 'una carrera'?, sí, esa cosa con la cual todo ser humano actual se debería sentir ultra realizado. Sólo veo relojes avanzando y escucho un sin fin de preguntas, por eso me he aislado a nivel social, para no enfrentar esa disección que quieren hacer de mi persona. Cada día que pasa voy perdiendo más la confianza en quienes se supone aún son cercanos en mi vida, es una profunda vergüenza la que siento ante ellos, mi fracaso como mujer 'moderna' es demasiado fuerte, no soy capaz de mirarlos a los ojos.

He leído sobre grupos de personas para las cuales el tiempo, tal y como lo concebimos nosotros, no existe, a lo mucho prestan atención al día y a la noche. Los más arraigados a la civilización pueden concebir la ausencia del reloj como un acto de barbarie, pero tal vez destruir las horas, los minutos y los segundos sea lo más sabio o lo más revolucionario (o ambos a la vez) que se puede hacer. 

(Un golpe ... segundo golpe ... tercer golpe, silencio)

Luego del ruido sólo pude ver los trozos de vidrio dispersados en el suelo, tanto la aguja que marcaba los minutos como la que indicaba los segundos se hallaban desprendidas. Sentí un dolor en el pecho, como si hubiese dañado a un ser vivo en lugar de a un objeto.

El silencio decretó de que en esta habitación el tiempo ha dejado de existir. Sentada en un rincón, con la espalda apoyada contra la pared hago lo único que sé hacer,  escribo:  ¿Y ahora qué?.

***


¡Hola lectores! Este relato corresponde a mi primera participación en el Reto Citaura marzo 2017 y pueden también leer la  Recopilación de relatos del reto Citaura. En cualquiera de los links podrán leer en qué consiste el reto, en resumen, se debe crear un microrrelato que tenga como máximo 30 líneas de word, y ello a partir de una cita daba por las creadoras de la iniciativa.

Espero estén teniendo un buen fin de semana :) y yo me despido hasta dentro de quince días.

La madrugada de un sábado